Revista ECOS UASD, Año XXV, Vol. 1, No. 15 Enero-junio de 2018 • Sitio web: https://revistas.uasd.edu.do/

Palabras de apertura al seminario: 100 años de la Revolución Socialista de Octubre y su incidencia en la sociedad dominicana

DOI: https://doi.org/10.51274/ecos.v25i15.pp15-25

Directora del Instituto de Historia; UASD

UASD Jurnals - Open Access

Cómo citar:Rosario, Reina. 2018. «Palabras de apertura al seminario: 100 años de la Revolución Socialista de Octubre y su incidencia en la sociedad dominicana». Revista ECOS UASD 25 (15):15-25. Doi: https://doi.org/10.51274/ecos.v25i15.pp15-25

Señores:

Nino Féliz, Vicerrector de Extensión, UASD Ramón Rodríguez, Decano de nuestra Facultad de Humanidades,

Antonio Medina, Decano de la Facultad de Ciencias 

Jurídicas y Políticas,

Carmen Durán, Maestra Meritísima de la Escuela de 

Historia y Antropología,

Roberto Cassá, Maestro Meritísimo de la Escuela de la 

Historia y Antropología,

Autoridades de nuestra Primada de América Universidad 

Autónoma de Santo Domingo que encabezan la mesa de honor,

Docentes, invitados colegas de universidades pares, estudiantes que nos acompañan y que son la razón de ser de todas nuestras actividades en la academia.

Gracias por acoger la invitación que le extendimos desde el Instituto de Historia y acompañarnos en esta ocasión tan especial en que realizamos un seminario para conmemorar los 100 años de la Revolución Socialista de Octubre de 1917 y su incidencia en la República Dominicana. La presencia en este encuentro de autoridades de la institución demuestra el valor que nuestra academia le da a esa revolución histórica que marcó el inicio de una nueva etapa para la humanidad y también al hecho de contar en su claustro con cientos de profesores e investigadores egresados de los países socialistas.

Hoy, 7 de noviembre de 1917, es el día en que se conmemoran los 100 años de la revolución que conmocionó al mundo, la Revolución Roja, como también se le llama. Esta revolución tuvo lugar mientras regía el calendario juliano utilizado en la Rusia zarista, en la Rusia Ortodoxa. Según ese calendario las acciones revolucionarias se desarrollaron el 25 de octubre. Por esa razón este acontecimiento también es conocido como “El Octubre Rojo”. Pero, una vez triunfó la revolución, fue abolido el calendario juliano y adoptado el calendario gregoriano, que estaba vigente en Occidente y en el resto del mundo; de acuerdo a ese calendario gregoriano, la fecha del evento es el 7 de noviembre de 1917, precisamente un día como hoy. Estamos aquí, pues, para recordar ese gran acontecimiento histórico comparado, por su trascendencia, con la Revolución Francesa que inició la época moderna. Hoy, a 100 años de la Revolución de Octubre, los dominicanos y dominicanas que estudiamos en Rusia queremos agradecer al pueblo soviético su solidaridad y recordar esa gesta heroica del pueblo ruso que marcó un antes y un después en la historia mundial.

La conquista del poder de los bolcheviques fue rápida. En la noche del 24 y 25 de octubre, es decir el 6 y 7 de noviembre de 1917, los soviets ocuparon los puestos estratégicos de Petrogrado. El Acorazado Aurora apuntó sus cañones hacia el Palacio de Invierno (antigua residencia de los Zares) en la madrugada del 26 de octubre. El gobierno provisional, que carecía del apoyo del ejército, se vio obligado a rendirse. La revolución bolchevique había logrado derrotar a Kerenski e hizo realidad el lema de “todo el poder a los soviets”. La conformación del primer Estado proletario de la historia se considera la primera acción exitosa y mantenida en el tiempo de toma del poder por parte de la clase obrera, apoyada por el campesinado. La Comuna de París, en 1871, fue el primer ensayo y solo duró 90 días.

En ese Octubre Rojo de 1917 se dio paso a la formación y posterior desarrollo de un sistema político-económico que, por ser contrario al de las potencias occidentales, dividió al mundo en dos grandes bloques antagónicos. Por espacio de siete décadas esos dos bloques se disputaron el poder hegemónico mundial.

Jhon Reed, el periodista estadounidense que fue testigo ocular de la Gran Revolución de Octubre, en su popular libro Diez días que conmovieron al mundo, narró la siguiente:

“Lenin entra al Presídium ataviado con ropa muy degastada, sus pantalones demasiado largos para él. Impávido de ser el ídolo de la muchedumbre, de ser amado y reverenciado como quizá pocos líderes en la historia lo han sido. Un líder popular extraño, un líder meramente por virtud de su intelecto; incoloro, sin sentido del humor, inflexible e imparcial; sin idiosincrasias pintorescas, pero con el poder de explicar las ideas profundas en términos simples, de analizar una situación concreta. Y combinado esto con sagacidad, la más grande audacia intelectual…”

Según Jhon Reed, Lenin se dirigió al público y dijo:

“…Ahora debemos proceder a construir el orden socialista… La primera cosa es la adopción de las medidas prácticas para lograr la paz. Ofrecemos la paz a los pueblos de todos los países beligerantes sobre la base de los términos soviéticos: nada de anexiones, ninguna indemnización y el derecho de autodeterminación de los pueblos”.

Reed narra que, “cuando el grave trueno de los aplausos se hubo extinguido, Lenin habló de nuevo. Había algo de tranquilidad y de autoridad en todo esto, que conmovía las almas de los hombres. Resultaba comprensible por qué el pueblo creía cuando Lenin hablaba”.

La Revolución de Octubre provocó una guerra civil que terminó en 1921. Esta había tenido un enorme costo de vidas. El colapso industrial y el desastre en la agricultura provocaron que murieran más de cinco millones de personas. Sobre este particular León Trotsky afirmó: “el colapso de las fuerzas productivas sobrepasó cualquier cosa que jamás se haya visto en la historia. El país, junto con el gobierno, estuvieron al borde del abismo”. Pero en 1921 Lenin salvó a Rusia del abismo al establecer su Nueva Política Económica.

En 1922 se conformó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS. Entre las conquistas y logros más relevantes que alcanzó la URSS se pueden citar la industrialización en un país que vivía casi la etapa preindustrial, el desarrollo científico y cultural, la reducción de las desigualdades, la superación de la miseria y del desempleo, la erradicación del analfabetismo, el auge del deporte y la recreación sana, la promoción social de clases y sectores marginados, entre muchas otras medidas. Sin embargo, estos logros no evitaron la crisis final provocada por la dictadura instaurada por el partido comunista, por la burocratización y por el descuido del desarrollo a la industria liviana, que a nuestro entender fueron determinantes en la desintegración de la URSS.

Muchos se preguntarán, sobre todo nuestros estudiantes, ¿por qué conmemorar los 100 años de la Revolución Socialista de Octubre de 1917 si el modelo soviético ya no existe? Lo hacemos por un conjunto de lecciones de la historia de esta revolución que nos permiten afirmar que fue el acontecimiento más trascendente y significativo de los últimos cien años. Citemos solo cuatro de las lecciones de esa revolución que cambió el curso del Siglo XX, que abrió una perspectiva distinta para el desarrollo de la humanidad, y que bien vale conmemorar y reflexionar sobre este hecho y sacar las lecciones de su colapso.

1.– La Revolución Rusa mostró al mundo que era posible cambiar radicalmente el escenario político de un país. Que no tenía sustento la conocida afirmación de que “nada es posible”, que “todo habrá de seguir igual”, que “no hay salida” a los problemas de los pueblos. La Revolución de Octubre de 1917 demostró que la explotación no era perpetua; que la opresión social podía concluir; que la injusticia y el hambre no eran eternos; que en un momento determinado de la historia, podían cambiar las cosas. Ese fue un mensaje de oro para todos los pueblos del mundo.

2.– La Revolución de Octubre fue capaz de sacar a un país del fondo de un pozo y colocarlo a la cabeza de los pueblos en la lucha por una sociedad mejor, más humana y más justa. Hay que recordar que antes de 1917, la Rusia de los Zares era un país atrasado. Casi el 80% de la población vivía en el campo; con altos niveles de pobreza y aún de miseria. El 95% de la población rural era analfabeta. Había, ciertamente, algún nivel de desarrollo industrial, pero muy reducido. No era comparable a otros países europeos. En pocos años la Unión Soviética logró impresionantes niveles de desarrollo. En 1931 puso en vigencia sus Planes Quinquenales que le permitieron, diez años más tarde, enfrentar militarmente la primera potencia mundial (el eje Berlín-Roma,) y vencerlo. Y luego del 1945 se convirtió en una de las cuatro “Grandes Potencias”. En los años 50 superó prontamente a Inglaterra y a Francia y a partir de 1950 comenzó a igualar a los Estados Unidos de Norteamérica, a quien superó en diversos escenarios (como la conquista del espacio) en los años 60. De modo general, en la educación, la ciencia, el arte y la cultura, la URSS alcanzó niveles excepcionales. Ni siquiera sus adversarios más enconados pudieron nunca negar tales evidencias. Si hoy se habla de los adelantos de Cuba en materia de educación, por ejemplo, hay que admitir que esa fue una escuela que dejó el socialismo, desde los tiempos de Lenin hasta nuestros días.

3.– El tercer elemento clave estuvo vinculado a la capacidad de la URSS para salvar al mundo de la barbarie nazi-fascista. Mucho más allá de lo que hoy dice la prensa, fue la Unión Soviética la que derrotó a la Alemania Nazi en la II Guerra Mundial. Portentosas hazañas como la defensa de Moscú, el Cerco a Leningrado, la batalla de Stalingrado y la Marcha hacia Berlín, fueron, una a una, epopeyas que marcaron historia y costaron la vida a 25 millones de soviéticos. Nadie, jamás, pagó tan alto precio por la libertad. Con esto la URSS no sólo se salvó a sí misma. También salvó al mundo del oprobio nazi; incluyéndonos a nosotros, los latinoamericanos.

4.– Gracias a la Revolución de Octubre de 1917, y a la lucha nacional liberadora de los pueblos, se desmoronó definitivamente el régimen colonial. Cayeron (para no levantarse más) los viejos imperios coloniales y asomaron centenares de nuevos países en Asia, África y América Latina.

Ahora bien, ese Estado soviético que se convirtió en una potencia militar y en el cual hubo sus deformaciones y desviaciones de los valores socialistas, hechos que no se pueden ocultar, puso en práctica desde el principio el internacionalismo proletario. Y aunque pasó por difíciles situaciones económicas, siempre mantuvo su apoyo a las luchas de los pueblos por la democracia. Fue precisamente dentro de esa solidaridad socialista que se organizó el programa de becas. Es así que la desaparecida URSS dejó un gran legado en muchos pueblos del mundo a través de un amplio programa de becas que abarcaba los cinco contenientes, en especial los países más necesitados. Se estima que actualmente hay unos 180 mil profesionales en diversos países egresados de los centros de altos estudios de la desaparecida URSS. Los países de América Latina están entre los grandes beneficiados de ese programa de becas.

En la República Dominicana existe una considerable cantidad de profesionales que somos egresados de los centros de enseñanza de los países socialistas. Las becas hacia los países socialistas iniciaron formalmente en el año 1966, a través del Partido Comunista Dominicano, PCD, y estuvieron vigentes hasta el 1992. En ese lapso de tiempo fueron becados más de 1,500 jóvenes. La maestra Carmen Durán, aquí presente, formó parte del primer grupo de 11 becados que viajaron a la URSS en el año 1966. Aunque ya para el 1964 un grupo de becados dominicanos había viajado a Cuba.

En Rusia, al igual que en los demás países socialistas, la formación recibida se destacó por la gran calidad teórico-práctica y por la formación exhaustiva, haciendo énfasis en la integridad y la solidaridad. Por ello pienso que como egresados formados en países solidarios tenemos el deber de sentirnos comprometidos en contribuir significativamente al desarrollo nacional. Desde el año 2006 se ha restablecido el programa de becas para Rusia. En estos momentos hay más de 40 estudiantes dominicanos becados por la Federación Rusa.

Es importante señalar que desde el 2008 nuestra Universidad Autónoma de Santo Domingo, bajo la gestión del doctor Franklin García Fermín, firmó un convenio de coloración entre la UASD y la Universidad Rusa de Amistad de los Pueblos, el cual contempla realizar intercambios de profesores y personal para programas de corto y mediano plazo; desarrollar investigaciones científicas, artísticas y culturales conjuntas; y celebrar diplomados, licenciaturas, maestrías y doctorados. Hemos recibido en la UASD varios docentes rusos para los cursos de lengua rusa que se iniciaron desde el año 2012 en la Extensión de Higüey, de nuestra universidad.

En ese mismo año 2008, entre la Universidad Rusa de Amistad de los Pueblos y la Secretaría de Estado de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (SEESCyT), se firmó un convenio con el objetivo de poner en marcha un programa de becas de estudios que permita a estudiantes dominicanos recibir formación a nivel de maestría y cursos cortos de especialización en dicha universidad.

En este año de 2017, en julio pasado, viajó a la Federación Rusa una comisión de la UASD, encabezada por los decanos de la Facultad de Humanidades y de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, maestros Ramón Rodríguez y Antonio Medina, aquí presentes. Fruto de ese viaje se firmó un amplio programa de trabajo para los años 2017-2018. En el mismo están establecidas las fechas para iniciar los intercambios de docentes rusos a nuestro país. De hecho para este evento debían venir dos profesores rusos, pero por problemas de calendario académico solo podían llegar el 11 de este mes de noviembre. Sin embargo, el universo conspiró a nuestro favor y permitió que dos doctores rusos llegaran el sábado 4 de noviembre a nuestro país para participar en un proyecto de investigación conjunta que desarrolla el Intec con el Instituto Energético de Moscú, a través de la dilecta profesora Inna Sansom, docente e investigadora del área de física de Intec y de la UASD. Esas circunstancias facilitaron que esos docentes tomaran parte de nuestro seminario hablándonos del desarrollo científico en la etapa soviética y en la actualidad.

Quisiera aprovechar la asistencia de estudiantes en este evento para informarles que existe la posibilidad de ser becados para estudiar en Rusia. Los requisitos están en la página de la MESCYT y de la UASD. Creo no equivocarme si digo que nosotros, los egresados de los países socialistas, no vacilamos en recomendar la experiencia de estudiar en Rusia. Además de recibir una formación al más alto nivel, se agrega la experiencia de conocer y convivir con otra cultura, la rusa, y estando allá se abre la posibilidad de relacionarse con cientos de jóvenes de diversos países; y todo ello ayuda a enriquecer la comprensión del mundo.

El tema de este seminario, “100 años de la Revolución Socialista de Octubre y su incidencia en la sociedad dominicana” ha sido planificado no solo para conmemorar dicha gesta histórica, sino para reflexionar y crear conocimientos en torno a ella y recogerla en un una edición de la Revista Ecos, dedicada a este tema, para que quede como acervo bibliográfico. Por ello, el comité organizador, integrado por César Cuello, Jesús Tellerías, Carmen Durán, Inna Sansom, Luis Carvajal, Pedro Valdez, Hipólito Javier y quien les habla, hemos tratado de abarcar las aristas fundamentales de tan amplio tema. Cuando planteamos la idea de abrir el seminario con una conferencia magistral para ofrecer una visión de conjunto, como es natural, surgieron varios nombres, y todos estuvimos de acuerdo en que el doctor Roberto Cassá era idóneo no solo por sus años de estudios en la antigua URSS, sino por ser uno de los pioneros en aplicar un enfoque marxista a su vasta obra, enriqueciendo con ello nuestra escasa historiografía científica. Como bien señaló el filósofo francés Louis Althousser, “Marx dio a los hombres los principios fundamentales de una teoría científica, que permitió comprender y conocer las leyes de este nuevo e inmenso continente: la historia. Estos principios fundamentales de la ciencia de la historia han sido designados tradicionalmente como materialismo histórico”. Ese método científico está presente en las obras del doctor Cassá.

Seguido de la conferencia magistral está el panel titulado: “Significado humanista y filosófico de la Revolución Socialista de Octubre”, coordinador por el doctor César Cuello, con panelistas como el Dr. Rafael Báez Bisonó, de la UASD; el doctor Eliades Acosta Matos, el doctor Pedro Sotolongo, la doctora Carmen Durán, el doctor Félix Casas, y doctor Manuel González.

El segundo panel tiene como título “El modelo soviético y la cuestión de las nacionalidades”, y estará coordinado por el doctor Jesús Tellerís. Los panelistas son el doctor Luis Carvajal, el maestro César Pérez, la doctora Josefina Záiter y el maestro Aquiles Castro.

El tercer panel tiene como título “Incidencia de la Revolución Socialista de Octubre en la sociedad dominicana”, coordinado por quien les habla. Los panelistas son el doctor Sci. Gariev Andrei, del Instituto Energético de Moscú, y la PH.D Savchenkova Natalia, del Instituto Energético de Moscú, Narciso Isa Conde, el doctor Odalís Pérez, el doctor Amaury Pérez, el maestro Fernando Peña y el doctor Fernando Morales Billini.

La metodología será la siguiente: cada expositor tendrá 10 minutos para hacer su presentación, les hemos recomendado traer dos hojas, esquemáticas, en la que expondrán la tesis central de su ponencia, las ideas y los planteamientos que crean fundamentales para compartir. Terminadas las exposiciones de 10 minutos de todos los panelistas, habrá 40 minutos para discutir alrededor de todo lo expuesto. Las personas que exponen tendrán turno para contestar las preguntas y comentarios. Cada expositor entregará su ponencia según las normas editoriales de la Revista Ecos y para los primeros meses del 2018 tendremos el número 15 de esa publicación dedicado a los 100 años de la Revolución de Octubre.

El éxito del seminario depende de cumplir el horario de cada panel, por ello seremos estrictos con el tiempo. Para cerrar con broche de oro tendremos el concierto de la orquesta de cámara de la UASD, bajo la dirección del egresado de Moscú, Hipólito Javier.

Termino mis palabras agradeciendo a los decanos de Humanidades y de Ciencias Jurídicas que nos han apoyado en todo, a Hipólito Javier, a todo el comité organizador, a la Academia de Ciencias de la República Dominicana, a Flacso, a la Fundación Juan Bosch por apoyar este seminario. A Karina Rojas, secretaria del Instituto de Historia, que ha trabajado incansablemente en la organización, y al personal de protocolo de ambas facultades.

Los temas sobre la Revolución de Octubre son polémicos y nuestros panelistas son personas formadas en el rigor científico y no están convocados para elogiar, ni elevar loas al modelo soviético, sino para reflexionar con base a la objetividad histórica. Pensamos que solo la visión imparcial de esta trascendental revolución podrá cumplir con la tarea de desmitificar ese hecho histórico. Esa tarea, al decir de Antoine Prost, debe ser la postura de quien emprenda la labor de escribir sobre historia. Los historiadores solo debemos aspirar a mostrar la versión lo más cercana a cómo realmente fue el hecho histórico.

En La revolución traicionada, hablando de la URSS, Trotsky cita la frase de Spinoza «ni reír ni llorar, sino comprender». En el texto Para una historia de la clase obrera soviética, Pierre Rolle escribe que: «La historia del mundo, cuando admita la historia soviética como uno de sus desarrollos, será seguramente muy distinta de la que se ha construido excluyendo esta experiencia».

A todos ustedes gracias por acompañarnos y, en especial, a los estudiantes a quienes les invitamos a intervenir activamente en los espacios de interacción con los panelistas para que formen parte de la construcción del conocimiento sobre la Revolución Socialista de Octubre y su incidencia en la sociedad dominicana.

Notas

  1. Poema de Pablo Neruda, Oda a Stalin.