Revista ECOS UASD, E C O S Órgano del Instituto de Historia de la UASD Año XXVI, Vol. 1, No. 17 Enero-junio de 2019 • Sitio web: https://revistas.uasd.edu.do/

Algunas reflexiones en torno a la enseñanza y aprendizaje de la Historia 1

Some reflections on the teaching and Learning of History

DOI: https://doi.org/10.51274/ecos.v26i17.pp125-132

Recibido: Aprobado:

UASD Jurnals - Open Access

Cómo citar:Durán, Carmen. 2019. «Algunas reflexiones en torno a la enseñanza y aprendizaje de la historia». Revista ECOS UASD 26 (17):125-132. Doi: https://doi.org/10.51274/ecos.v26i17.pp125-132

Resumen

Se presentan algunas reflexiones en torno a la problemática de la enseñanza de la Historia como disciplina formativa y herramienta de transformación. Pretende llamar la atención sobre el papel desempeñado por los docentes de Historia en la formación de una conciencia crítica y transformadora. Resalta la necesidad de una política permanente de fortalecimiento y perfeccionamiento de los docentes.


Palabras clave:

disciplina formativa, valores, enseñanza-aprendizaje, pensamiento histórico, juicio crítico, valores cognitivos, valores afectivos, historia como proceso y construcción, procerato, visión épica, providencialismo, patriarcalismo, androcentrismo, currículo oculto

Abstract

The article presents some reflections on the problem of teaching History as a training discipline and transformation tool. It aims to call attention to the role played by history teachers in the formation of a critical and transformative consciousness. It highlights the need for a permanent policy on the strengthening and perfection of teachers.


Keywords:

formative discipline, values, teaching-learning, historical thinking, critical judgment, cognitive values, affective values, history as process and construction, procedure, epic vision, Providentialism, Patriarchalism, Androcentrism, hidden curriculum.

Introducción

Estas reflexiones tratan de responder algunas interrogantes acerca del tema del Seminario Enseñanza-Aprendizaje de la Historia auspiciado por el AGN. Son solo algunas ideas para el debate y la reflexión que esperan ser retomadas para la temática de la enseñanza, el aprendizaje y la investigación de la Historia.

Algunas reflexiones

La problemática de la educación dominicana atraviesa en sentido general por múltiples dificultades referidas entre otros aspectos a las carencias en la de formación de los maestros y maestras, a la necesidad de revisar y actualizar los programas, y a otros elementos del sistema educativo en general.

Se plantea la necesidad de una política permanente de fortalecimiento y perfeccionamiento docente que tome como referencia las nuevas corrientes en el campo de la pedagogía y, sobre todo, una revisión periódica de los contenidos de los programas y de la didáctica para desarrollar el proceso de enseñanza aprendizaje. Al reflexionar acerca del tema que nos convoca nos planteamos algunas interrogantes:

¿Es la enseñanza de la Historia un hecho aislado del contexto social-educativo? ¿Es lo mismo enseñar Historia que enseñar cualquier otra disciplina?

Como disciplina formativa en valores, la enseñanza y aprendizaje de la Historia comporta niveles de responsabilidad que hacen del proceso de enseñanza una herramienta para una formación crítica y participativa que contribuya a formar una ciudadanía consciente del lugar y papel que le corresponde al sujeto social histórico constructor de los procesos y modificador de los mismos. El sentido de pertenencia, su identidad, asumirse actor y protagonista del proceso histórico social, es uno de los elementos de mayor significación al momento de reflexionar sobre la importancia de la enseñanza de la Historia.

Asumir la Historia como parte de nuestra familia en sentido social, incorporar las categorías desde los niveles básicos como instrumentos conceptuales, permitirá tanto a los maestros como a los estudiantes, apropiarse del concepto histórico desde su conciencia reflexiva a la vez que desarrollar las valoraciones contenidas en esos conceptos. Al incorporar las categorías tiempo y espacio al estudio de la Historia y apropiarse de un aprendizaje categorial para la construcción del conocimiento histórico, así como identificar los contenidos y la correlación que forman parte de la totalidad del conocimiento asumiendo la especificidad de cada disciplina, posibilita enseñar a ‘’pensar históricamente’’ y contribuye a construir de manera crítica y reflexiva el conocimiento del hecho histórico estudiado, tanto en su temporalidad como en su espacialidad.

En la experiencia como docente es preciso reconocer la falta de conexión entre el hecho histórico, sus causas, los actores sociales que intervienen en el proceso, la multiplicidad de factores que interactúan, analizar la complejidad de lo causal y lo casual, entre otros aspectos, así como la conexión entre el hecho histórico en sí y el espacio-tiempo donde se produce. Por ejemplo, explicamos las guerras domínico-haitianas (1844-1856), sin una conexión con los espacios en los que se desarrollaron, o nos referimos a las acciones de la Guerra de Restauración sin identificar los lugares geográficos en que se produjeron las batallas, etc.

Los maestros de Historia, a quienes está asignada la responsabilidad de orientar los conocimientos en el proceso enseñanza aprendizaje dirigido al objetivo de la educación, deben partir de lo general a lo particular. Comprender y enseñar la historia como proceso, con sus causas y consecuencias en una dinámica dialéctica. En el caso del maestro de Historia dominicana este debe tener un dominio de la historia mundial y de los diferentes sistemas económicos y sociales, de las corrientes de pensamiento historiográfico que han determinado el curso de la historia nacional, debe conocer la historia regional y latinoamericana, la historia de África, de España, de Haití, de los Estados Unidos y, situar su marco de referencia en una concepción del mundo que le permita adentrarse en la complejidad de la sociedad en que ejerce su labor como maestro. Es imperativo que el proceso de enseñanza de la historia supere la insularidad.

Es a partir de la enseñanza de la historia cuando el docente puede contribuir a la formación de sujetos sociales libres, participativos y críticos, esencia y valor del proceso educativo. El sujeto social que participa en el proceso de enseñanza de la Historia debe ser sujeto cognoscente, no solo pensar creativamente su condición de ser social histórico, sino actuar crítica y creativamente para actuar en la reflexión y en la práctica social en tanto sujeto social-histórico para transformar y transformarse a sí mismo. Ese empoderamiento del sujeto social histórico constituye una herramienta de transformación y cambio como parte del desarrollo ascendente del proceso histórico.

El fomento de los valores cognitivos, valga decir conocer (se ama lo que se conoce) valorativo (valorar, evaluar) afectivo (asumirse como parte del ser o sujeto social) forman parte del proceso de empoderamiento en el proceso de enseñanza de la Historia como disciplina formativa. El análisis, la síntesis, la abstracción, la generalización, el juicio crítico, la definición de su pertenencia para la formación del pensamiento histórico, contribuye a crear las condiciones para la enseñanza de la Historia como conflicto, como problemática. En este nivel de reflexión cabría preguntar si la Historia se aprende o si construimos la Historia. Se trata de la enseñanza de la Historia como construcción y proceso.

¿Quién soy dentro de ese proceso? La enseñanza de la historia es parte de la reproducción ideológica, soporte cultural de un sistema determinado, pero también puede ser un instrumento de resistencia y de educación crítica. Los mecanismos del poder entendidos en su complejidad como articuladores de lo político, arrastran aspectos negativos, por lo que la reflexión colectiva de los actores del proceso educativo y del sistema de enseñanza en general deben abrir los espacios que articulen la enseñanza de la Historia desde una óptica más participativa, crítica e incluyente. Por ejemplo, superar la visión épica de la historia nacional, el procerato, el providencialismo, el patriarcalismo, la interpretación androcéntrica, incorporar los sectores de la marginalidad y las invisibilidades.

En la enseñanza de la Historia el poder puede ser entendido de una forma más compleja que la simple imposición de versiones oficiales de la historia o la idea de que los libros de texto son la imagen de la historia que se enseña. La reacción a esta interpretación iría en el sentido de fomentar la enseñanza de la Historia alternativa como parte del rescate de los sujetos sociales sin voz ni presencia en la historia.

La realización de este Seminario, que debería ser un Foro Abierto y Permanente, reviste particular importancia, ya que llama la atención sobre un aspecto cardinal del proceso de formación de las presentes generaciones de dominicanos y dominicanas en un entorno social, económico, cultural y político impactado por los antivalores. Por otro lado, se plantea la necesidad de fomentar la relación entre la investigación y la enseñanza de la Historia y la producción de conocimiento histórico. El concepto de enseñanza de la Historia contempla como eje nodal la formación docente, la investigación y la producción de materiales didácticos, textos, monografías, seminarios, trabajo de rescate de las historias de vida, la historia oral y documental, el fomento entre el saber historiográfico profesional y el ejercicio docente. “Les guste o no les guste los historiadores profesionales producimos la materia prima para que los no profesionales la usen bien o mal.”  Este juicio de Eric Hobsbawm pone sello a la necesidad de lograr la sinergia entre la enseñanza y la investigación de la historia.

¿Qué y cómo enseñamos?

¿Qué historia enseñamos?

No existe la neutralidad científica. El proceso unitario de enseñanza-aprendizaje conlleva un compromiso; en el diario devenir está presente la didáctica de forma explícita e implícita, subyace una manera de aceptar, enseñar y formar históricamente al sujeto alumno. Identificar en este punto el currículo oculto y ‘’enseñar a pensar’’. Ese es el gran reto. Formar docentes en la enseñanza de la historia e historiadores capaces de desarrollar investigaciones históricas que contextualicen e incorporen las temáticas actuales, ya que como proceso ascendente del desarrollo de la sociedad, la historia es al mismo tiempo dinámica y dialéctica, lo que hacemos hoy es también historia.

Así, la didáctica de la Historia es la conversión del saber pedagógico y el saber psicológico sobre el desarrollo cognitivo de los estudiantes. La docencia se centra en el docente, la didáctica en los instrumentos mediadores entre el saber sabio y el saber enseñado. La didáctica de la Historia rescata el valor de la praxis como teoría y práctica social transformadora, como principio componente de la condición de ciencia social. Volvemos al punto: ¿Se aprende o se construye la Historia? ¿Se enseña o se vive la Historia?

Conclusión

Dado que se trata de un debate abierto por las Ciencias Sociales y la Pedagogía, como toda disciplina científica, el tema no tiene conclusiones definitivas ni aspectos finales. Antes al contrario, constituye un acicate para seguir aportando ideas, abrir nuevos espacios, asumir nuevos retos, construir y deconstruir nuevos paradigmas de análisis y producción historiográfica inclusiva y dinámica.

¿Se aprende o se construye la Historia?

Notas

  1. El presente artículo fue presentado en el “Seminario Enseñanza-Aprendizaje de la Historia», celebrado los días 23 y 24 de agosto del año 2017 en el Archivo General de la Nación, Santo Domingo, República Dominicana.
  2. Egresada de la Universidad de la Amistad de los Pueblos Patricio Lumumba de Moscú. Docente meritísima de la escuela de Historia y Antropología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Miembro correspondiente de la Academia Dominicana de la Historia. Asesora en la dirección de Educación en Género del Ministerio de la Mujer. Autora, entre otros, del libro Historia e ideología: mujeres dominicanas, 1880-1950, publicado en el año 2010.

Referencias

Brom, Juan, Para comprender la historia. México: Editorial Grijalbo, 2003.

Carr, Edward H., ¿Qué es la historia? Barcelona: Editorial Ariel, 1993.

Hobsbawm, Eric, Sobre la historia. Barcelona: Editorial Crítica, 1998.

Pereyra, Carlos; Luis González, José Joaquín Blanco, Enrique Florescano. Arnaldo Córdova, Héctor Aguilar Camín, Carlos Monsiváis y Adolfo Gilly, Historia, ¿para qué? México: Siglo XXI Editores, 1980.

Topolsky, Jerzy, Metodología de la historia. Madrid: Ediciones Cátedras, 1986.