Introducción
Resulta difícil resumir en pocas palabras la situación actual de la enseñanza y aprendizaje de la Historia en nuestras escuelas y universidades. Un cuadro general podría describirla más bien como una ambigüedad o una especie de movimiento pendular, pero también como un dilema entre el empantanamiento y la encrucijada que se plantea cuando se opta por continuar por inercia haciendo “más de lo mismo” o si nos atrevemos a colocarnos entre caminos en los que no estamos completamente seguros de la dirección que se debe tomar. Dos actitudes y situaciones opuestas que quizás se vean mejor con los acercamientos que ya se han hecho en este seminario; y tal vez esa mirada general no exprese más que ser un falso dilema.
Lo que está fuera de discusión es la importancia y el desarrollo que han alcanzado en la actualidad las TIC4 dentro del campo educativo; una realidad que hace preciso que estas sean tomadas en cuenta dentro de los recursos educativos más dinámicos para generar procesos de enseñanza-aprendizaje de la Historia y las Ciencias Sociales cada vez más activos y significativos. Esto no quiere decir que deba convertirse en el único registro didáctico, pero sí que las TIC deben tener un espacio así como darles el papel que les corresponde como herramienta de comunicación y de gestión de la información –en la que los archivos pueden ofrecer algunas claves–, que en el plano educativo representa cuidar de la calidad de dichos instrumentos.
La idea de anteproyecto que aquí presentamos desglosa algunos aspectos del contexto y del momento oportuno en que nos encontramos para montar (de manera procesual) una herramienta virtual para apoyar el desarrollo de procesos de enseñanza-aprendizaje activos a fin de que los estudiantes, con las orientaciones de sus profesores, puedan desarrollar aprendizajes significativos que expresen el desarrollo de su conciencia histórica y ciudadana.
Antecedentes generales
En las últimas tres décadas la sociedad y el Estado dominicanos han venido acumulando esfuerzos para transformar la educación dominicana, los cuales se han traducido en una ampliación sostenida de la cobertura escolar, reducción de tasas de sobreedad y repitencia en el nivel primario, y si tomamos en cuenta las últimas pruebas internacionales SERCE y TERCE, una notoria mejora en las habilidades básicas en lectoescritura y matemáticas. Además, se percibe una mejora salarial del magisterio, la cantidad de libros de textos escolares, la incorporación de un año de educación inicial obligatoria y gratuita, pero sobre todo, los cambios realizados en la estructura del sistema educativo (equilibrado a tres periodos de seis años cada uno: inicial, primario y secundario), la transformación curricular, por primera vez con niveles de retroalimentación durante el año de validación en las aulas, y, más recientemente, la política de jornada escolar extendida, que plantea la jornada completa de ocho horas en las escuelas de todos los niveles, con el propósito de hacer posible la mejora en los aprendizajes. Como sabemos, en una primera fase esta política implicó un vasto programa de construcciones escolares, dada la necesidad de duplicar el número de aulas existentes. En su fase actual se ha orientado hacia la formación magisterial y el desarrollo curricular en las aulas a fin de elevar la calidad de los docentes y de los aprendizajes estudiantiles.
Hasta el presente dichos esfuerzos se han concentrado en las áreas de lengua, especialmente lectoescritura, matemáticas y ciencias naturales. Las ciencias sociales han tenido un cierto rezago porque no forman parte de las habilidades básicas que pueden medirse y compararse a nivel internacional; aunque algo se ha hecho en el área contigua de educación ciudadana.
Antecedentes inmediatos
El Archivo General de la Nación ha sido refundado en los últimos años y puesto al día en función de una Ley General de Archivos que plantea una relación activa con la administración pública y la sociedad al colocar a esta entidad como la institución rectora de los archivos dominicanos. Este acercamiento entre el AGN y la sociedad se ha expresado en las políticas de modernización y actualización que traducen sus distintos planes de desarrollo institucional. La educación y la cultura histórica ha estado presente desde los inicios en las políticas del AGN, que ha priorizado también los planes formativos en archivística e historia para su propio personal.
El Ministerio de Educación se ha propuesto también ir más allá de la construcción de aulas y ha comenzado grandes planes para transformar la actual formación del magisterio de acuerdo con las competencias que se requieren para la enseñanza y aprendizaje de las áreas curriculares, incluida el área de ciencias sociales, lo que también deberá alcanzar a los maestros en funciones. Además, esto se articula con la iniciativa de incrementar el uso de las herramientas digitales en los centros educativos.
Valdría la pena también tomar en consideración experiencias como las del programa “Maestro conectado” y el portal Web “Educando” de servicios didácticos, para ver cómo ha sido el comportamiento de las consultas y otras demandas de parte de estudiantes y maestros del área de ciencias sociales.
Contexto de la propuesta
Las iniciativas arriba referidas en el campo de la educación tienen en común el que han sido pautadas por las autoridades centrales del sistema educativo dominicano, que tiene su concreción en el Ministerio de Educación. Estas son relevantes porque marcan la dirección de los cambios y las transformaciones. Pero es obvio que estas necesitan y deben estar acompañadas de muchas otras propuestas de diversos tipos, a nivel local y a nivel nacional, de carácter social y comunitario, pues se trata de poner en marcha una estructura nueva, con nuevas metas, que involucra a la sociedad. Se necesitan propuestas coherentes con los propósitos de los esfuerzos y las transformaciones, con vistas a afianzarlas en el nivel local y en las aulas, de manera que este afianzamiento produzca también referencias para realizar ajustes y mejoras adecuadas, así como también garantizar que los nuevos cambios y transformaciones las tomen en consideración. Dichas propuestas sociales y comunitarias pueden funcionar dentro y fuera de la escuela, o para decirlo con un término de moda, operan en redes, lo que significa que tienen una relación equilibrada entre sí, interactúan y colaboran, sin que medie una estructura jerárquica propiamente.
Sin dudas se necesitan apoyos del sistema; sobre todo porque la sociedad dominicana es altamente desigual y los recursos educativos están desigualmente distribuidos también. Por eso el acercamiento entre archivos y escuelas busca sobre todo procurar la equidad de los sectores pobres mayoritarios.
Por otra parte, también en varios países de América Latina y en España, se cuentan con numerosos portales educativos, algunos de los cuales están dedicados a la enseñanza de la Historia y las ciencias sociales, la mayoría de los cuales son iniciativas de instituciones dedicadas al servicio educativo, ya sean públicas o privadas.
Archivos y Educación
No es común hallar este tipo de acuerdos. Hace poco el AGN y el MINERD han comenzado a discutir un acuerdo de colaboración5 que plantea el reto de poner a disposición de la educación los archivos con la mira puesta en la mejora de la enseñanza y aprendizaje de la historia, que es actualmente el pivote de la enseñanza y aprendizaje de las ciencias sociales en el currículo dominicano.
El encuentro que ahora se plantea no ha sido intentado antes con el alcance aquí considerado. Se pretende que el AGN pueda desarrollar una relación nueva con la educación más allá de la que hasta ahora ha realizado. No solo en cuanto a la función de memoria histórica, sino también de dar un apoyo efectivo en la formación de la identidad nacional dominicana y en la educación histórica y cultural en general. Este apoyo se comprende en coherencia con la formación de competencias humanísticas y científico sociales ya que pone en contacto a estudiantes y profesores de todos los niveles, incluido el universitario, con las fuentes con que se realizan los estudios sociales y en particular de la historia dominicana. Esto luego es escalable a otras fuentes, aunque el estudio no se referirá a las fuentes masivas, sino, más propiamente, a selecciones que utilizarán –docentes y estudiantes– en forma discreta como testimonios o huellas reales del pasado,6 así como también facilitará el trabajo con testimonios vivos, actuales, de la realidad local y nacional, para el cual se ofrece otra fuente indispensable que está dada por la prensa diaria.
La significación de esta relación más estrecha entre archivos y educación se aprecia mejor si la vemos en el contexto de la red de relaciones de la escuela con la realidad local y nacional, en particular, la red de instituciones socio-culturales en la que está situada. Una representación muy limitada podría ser destacar relaciones que son buscadas y establecidas por los maestros y maestras desde sus escuelas para penetrar en la realidad local y nacional: la familia, el barrio, el colmado, el cuartel de policía, de los bomberos, el hospital, la escuela, el liceo, el local del ayuntamiento, el parque, el club deportivo y cultural, el teatro, el cine, la discoteca, etc. Pero también a nivel nacional, entran algunas instituciones sociales y culturales, que aunque solo están presentes de manera puntual, no dejan de ser importantes: la prensa escrita, la radio y la Tv, los archivos. Sean, estos últimos, para poner un ejemplo, el de los ayuntamientos o el de las escuelas propiamente.
Se entiende que la propuesta constituye un nuevo tipo de tarea que consiste en una extensión de la política archivística que ha venido desarrollando el AGN desde hace una década, en el marco de la Ley General de Archivos 481–08 y de la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo 2030.
“Partir de la realidad”
Lo primero a considerar es que si algo no se ha hecho antes es porque seguramente había buenas razones para no hacerlo. Si lo vemos así, entonces, tenemos dos grupos de causas inmediatas: por una parte está la enorme dificultad de acceso a los archivos en difíciles condiciones que existían. Y, de otra parte, la falta de preparación del profesorado de las escuelas y las universidades para el manejo de fuentes primarias en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Ya al interior de la enseñanza-aprendizaje de las ciencias sociales se pueden considerar otros obstáculos visibles, como el rechazo que expresan los propios estudiantes, provocado en particular por los contenidos insulsos y, sobre todo, por el fuerte arraigo de los llamados “cuestionarios” o “temarios” devenidos en el principal recurso didáctico, junto con el libro de texto, de la asignatura en las aulas. Su repetición continua ha llevado a los estudiantes al convencimiento de que la materia de historia o de ciencias sociales no sirve para aprender algo, sino para memorizar fechas y nombres, de personajes, batallas, lugares, acontecimientos, así como otros listados de causas y consecuencias que son preguntados por separado unas de otras, y que se rellenan tomando las respuestas directamente del texto.
Valga recordar que el “cuestionario” bien pensado y construido es un recurso válido, siempre que acuda al razonamiento de los estudiantes más que a su memoria o a la búsqueda más o menos acertada dentro del libro de texto. El uso abusivo del mismo lo ha desnaturalizado pues, en lugar de ayudar a la argumentación y a la reflexión, lo lanza a una búsqueda mecánica que nada tiene que ver con el desarrollo del pensamiento social e histórico en los estudiantes. Y de eso se trata precisamente. En tal sentido, en los niveles secundario y universitario, la orientación hacia el uso de materiales reales y fuentes primarias podrá ayudar a transformar el cuestionario en una herramienta de reflexión y de investigación que el propio estudiante construirá para llegar a la comprensión del material histórico. Esto incluye, en el caso del nivel secundario, un ejercicio de adaptación didáctica que podrán realizar los docentes a través de carpetas didácticas.7
En el caso de los estudiantes del nivel primario: para acercar a los niños de primaria a la idea del archivo lo más probable es que visitemos el archivo escolar, o también que intentemos hacer nuestro propio archivo familiar, o cualquier otro que permita tener una idea concreta y directa de lo que es un archivo. De ahí podemos pasar a utilizar carpetas didácticas y otros materiales, además de hacer búsquedas de documentos a través de una página particular dentro del portal educativo del Ministerio y del AGN.
Ante todo, la fuente inmediata para la historia y las ciencias sociales es la realidad actual en la que vivimos. El mundo que nos rodea. Por eso se apela a “partir de la realidad” en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Esa realidad que nos desafía a comprenderla o a explicarla es por tanto un reto que encontramos en todo proceso educativo. La realidad se nos presenta como una “estructura social” compleja (a nivel local, pero también nacional e internacional), y en la que tenemos que vivir y actuar; esta es la primera imagen de la sociedad. Pero también esa estructura tiene al mismo tiempo su historia. En consecuencia, ha sido heredada de quienes nos antecedieron, que también vivieron en situaciones que recibieron, etc. Las luchas y conflictos sociales que les llevaron a cambiar las “estructuras sociales” en que vivían (como esclavos, como siervos, como proletarios) nos enseña también a comprender las posibilidades y los límites del cambio en la estructura social, y a pensar en los desafíos de cambio de nuestra sociedad actual, sus luchas presentes, etc.
Descripción de la propuesta
La iniciativa a que se refiere esta intervención ofrece alternativas a la que podemos sumar esfuerzos y tratar de transformar la situación de las ciencias sociales en las aulas. Este es el propósito principal, ya que el archivo como repositorio más importante del país no puede generar por sí los usos didácticos que se les pueda dar a una parte significativa de sus materiales, ya sean documentos originales, con el atractivo que estos puedan crear en los estudiantes, o publicaciones, como libros con documentos transcritos, o de la colección juvenil, u otros materiales que se editen en carpetas o a través de la revista MdQ que viene publicando desde hace algunos años el AGN con el MINERD y el ISFODOSU.
La iniciativa busca combinar unos aportes del AGN y el Ministerio de Educación y articularlos a aportes concretos de la escuela y de la sociedad. Los agentes claves de esta propuesta son, por tanto, los educadores y los educandos. Ambos se aprecian aquí como gestores de la iniciativa, de manera que se pueda ir construyendo conjuntamente por técnicos, especialistas, maestros y estudiantes. En consecuencia, se abre un equipo o mesa de trabajo integrado por técnicos y especialistas del MINERD y del AGN, profesores formadores de maestros, maestros en ejercicio, estudiantes de magisterio y de secundaria, todos interesados en el área de Historia y ciencias sociales. Un equipo no muy numeroso para que pueda ser operativo, quizás, de 10 a 12 personas, que dialogará con maestros activos y formadores de maestros, con estudiantes, con técnicos y especialistas, para acercar el medio propuesto a la cultura escolar actual. Este equipo técnico podrá presentar en un plazo dado, no menor de seis meses ni mayor de un año, el plan de diseño e implementación gradual de dicha página web.
“Historia dominicana en línea” es el nombre provisional dado a la página web propuesta que podrá instalarse en los portales del Ministerio de Educación y del AGN. En principio se plantea que asuma las características siguientes:
–Que sea manejable para maestros y para estudiantes.
–De carácter abierto, aunque con suscripciones para los interesados que sean maestros y estudiantes. Esto facilitará que se le hagan llegar noticias de su interés a su correo-e.
–Los contenidos propuestos por maestros y estudiantes a partir de experiencias didácticas para ser incluidos podrán ser enviados a una dirección electrónica y serán colocados por los técnicos, para dar cabida a debates y opiniones.
–Se podrán crear también grupos permanentes de trabajo colaborativo en línea para realizar propuestas y darles seguimiento que puedan tener igualmente un correlato real en las escuelas, liceos y politécnicos.
–La estructura de la página estará dispuesta en secciones de interés para los educadores y para los estudiantes. A su vez, estas tendrán diferentes menús para acceder a:
–Informaciones sobre pensamiento histórico y social, pensadores sociales e historiadores dominicanos;
–Propuestas de trabajo en el aula: diseños de entornos de aprendizajes para diversos temas;
–Proyectos de diversos tipos: de aula, ciudadanos, participativos, así como proyectos de investigación en torno a temáticas históricas;
–Novedades y noticias sobre publicaciones de libros, congresos de historia y otros eventos que involucren la historia y las ciencias sociales;
–Libros de historia y comentarios de profesores;
–Secciones de actividades didácticas propuestas por maestros y especialistas que puedan apoyar secuencias de interés para el desarrollo de temas históricos, geográficos y otras ciencias sociales;
–Selecciones temáticas de bibliografías, documentos, fotografías, postales, mapas y planos, etc., basadas en los fondos descritos del AGN y trabajadas por profesores y especialistas en función de los diferentes niveles educativos;
–Secciones temáticas invitadas de otras instituciones;
–Secciones sobre el desarrollo de proyectos o propuestas y sus resultados en términos de los aprendizajes de los estudiantes;
–Secciones que recojan experiencias, aportes y debates sobre los mismos.
Todo ello contribuirá, además, a acentuar el carácter innovador de las prácticas de enseñanza aprendizaje, e inclusive a mejorar los libros de texto (en cuanto a la selección y búsqueda de información) , y ampliar los horizontes de maestros y alumnos, teniendo como base el currículo del área de ciencias sociales.
El dispositivo tecnológico es solo eso, un dispositivo, una herramienta que pone a disposición múltiples recursos que antes no estaban a la mano de los maestros y maestras. La capacidad de almacenaje y la rapidez en realizar búsquedas eficaces, así como la facilidad para intercambios de información y diálogo sobre propuestas concretas, constituyen una gran oportunidad para el trabajo colaborativo que facilita esta herramienta. Con estas posibilidades, llevadas a un portal y una página web amigable, es como se podrá resolver, de manera individual y/o colectiva, la complicada tarea de traducir en actividades cotidianas de aula el sentido de las competencias fundamentales curriculares y en particular de las competencias específicas de ciencias sociales y sus correspondiente contenidos de historia y de las ciencias sociales en general en el currículo dominicano. Esta es una tarea colaborativa y de coeducación entre maestros y estudiantes.
A modo de conclusión
En estas breves páginas se proponen criterios claves para definir una herramienta de comunicación adecuada para la enseñanza-aprendizaje de las Ciencias Sociales que utiliza las tecnologías modernas de la información y la comunicación. Se evalúa como una tarea oportuna la creación de un portal web para la enseñanza y aprendizaje de la historia dominicana. Con ello se pretende tanto apoyar el trabajo del conjunto estudiantil como impactar la formación profesional y continua de los maestros; para ello se plantea acercar a unos y otros no solo en función de consumidores, sino más bien para contribuir a la producción de contenidos didácticos. Especialmente se dirige a los docentes para promover experiencias transformadoras compartidas y debatidas con sus colegas. Y lo que es más importante aún, su impacto en las formas de impartir la docencia y el cambio en las prácticas de aula, será la clave para el logro de aprendizajes significativos de los estudiantes y contribuir así a la formación de su conciencia histórica y de una nueva cultura ciudadana, de la Historia y las Ciencias Sociales en el país.
Notas
- El presente artículo fue presentado en el “Seminario Enseñanza-Aprendizaje de la Historia», celebrado los días 23 y 24 de agosto del año 2017 en el Archivo General de la Nación, Santo Domingo, República Dominicana.
- Raymundo González. Egresado de Economía del INTEC. Profesor de Historia del Instituto Superior de Humanidades, Ciencias Sociales y Filosofía Pedro Francisco Bonó de la Compañía de Jesús. Miembro de Número de la Academia Dominicana de la Historia.
- Vetilio Alfau del Valle, Egresado de periodismo en la Universidad Central del Este. Se desempeña como Referencista en el Archivo General de la Nación. Es colaborador de la Academia Dominicana de la Historia.
- TIC: Tecnologías de la Información y la Comunicación (N. de la E.)
- Esto ocurrió en 2017 en los meses previos al Seminario en que se presentó esta ponencia. Se crearon dos comisiones, una por cada institución, y se preparó un borrador, pero el acuerdo no llegó a firmarse.
- Cfr. Ulises Martín Hernández, “Los archivos en la enseñanza de la historia”, (Aula. Historia social, Mérida, Venezuela: Universidad de los Andes, No. 5, 2000), 88-94, quien enfatiza en el uso didáctico del archivo y de los documentos.
- Al respecto pueden verse las estrategias planteadas en: José Luis de la Torre, “La historia activa en clase de Historia”, (Aula. Historia social, Mérida, Venezuela: Universidad de los Andes. No. 15, 2005), 63-69; también, Bernard-André Gaillot, Artes plásticas. Elementos de una didáctica-crítica (México: UNAM, 2013), especialmente la tercera parte: “La elección de una estrategia educativa”, pp. 115-169.
Referencias
Alberch, Ramón, L. Boix, N. Navarro, S. Vela Palomares. Archivos y cultura: manual de dinamización. Gijón: Ediciones Trea, 2001.
Cabrol, Marcelo y Eugenio Severin, “TIC en Educación: Una innovación disruptiva”, BID Educación. Aportes, No. 2, 2010:
1-8. (Publicación en línea).
“El Archivo como entorno de aprendizajes”, Boletín del Archivo General de la Nación, vol. 36, No. 130, 2011: 283-286.
Gaillot, Bernard-André. Artes plásticas. Elementos para una didáctica crítica. México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2013.
Guía de fondos del Archivo General de la Nación, Departamento de Descripción y Referencias, Santo Domingo: Archivo General de la Nación, 2012.
Martín Hernández, Ulises. “Los archivos en la enseñanza de la historia”, Aula. Historia social, Mérida, Venezuela: Universidad de los Andes, No. 5, 2000: 88-94.
Sánchez-García, Sandra, Santiago Yubero y Héctor Pose, “Alfabetización académica y TIC: una experiencia de promoción lectora en la universidad”, Educación Social. Revista d’Intervenció Socioeducativa, No. 59, 2015: 24-38. (Publicación en línea).
Torre, José Luis de la, “La historia activa en clase de Historia”, Aula. Historia social, Mérida, Venezuela: Universidad de los Andes, No. 15, 2005: 63-69.