Los artículos publicados en el presente número de la revista están circunscritos a la historia provincial. Trabajar esa línea de investigación conlleva utilizar un método que se ha aplicado con acierto desde la antigüedad, entre otros, por Heródoto (484-425 a. n. e), en su relato Guerras Médicas y hasta la posmodernidad por Luis González González (1925-2003), con Pueblo en vilo. El uso de las fuentes orales y escritas fueron básicas para escribir esas obras que contribuyeron al conocimiento de esos pueblos.
La historia local estudiada desde su esfera repercute en el ámbito social, político y económico del país debido al carácter articulador de las actividades desde la estructura regional hasta la nacional. Esa línea de investigación proporciona las primeras evidencias de hechos acaecidos y es la vinculación que fomenta la historia nacional. Esta publicación se propone fomentar la historia local, en el sentido de aportar nuevos conocimientos para contribuir a la reescritura de la historia nacional.
La historia local, regional y provincial en nuestro país ha sido lenta en su desarrollo debido a la preminencia del centralismo capitalino, condición que está vinculada al acceso a las fuentes. Por lo general, en las provincias tienen dificultad en procesar, conservar, remitir y facilitarlas al usuario, razón por la cual su búsqueda los interesados la concentran en instituciones de la capital. En ocasiones, con esa práctica impuesta por esa realidad se pierde de vista las creadas en la provincia la cual
se pretende trabajar. Estas dificultades han contribuido al rezago de esa línea de investigación.
La importancia de la historia local, como ha sido denominada esa forma de rescatar el pasado de los pueblos, contribuye a fortalecer su identidad. Se hace imperativo orientar la pesquisa en la historia de vida, así como de la cultura, del urbanismo, el arte, entre otros temas. Para desarrollar tan ingente y delicada tarea se hace necesaria la formación interdisciplinaria. De esa manera se garantiza una mejor aproximación a la historia de las comunidades como sugiere Venegas.[1]
Los autores de los trabajos reunidos en este número consultaron documentos originales. Con ellos aportan nuevos conocimientos a los temas investigados. Tienen las competencias profesionales que los acreditan para abordar sus relatos. Están redactados con una prosa clara y entendible. En resumen, usan el método empleado por quienes los antecedieron desde la antigüedad hasta la posmodernidad.
El primer artículo es de la autoría de Welnel Darío Feliz Feliz, abogado, con máster en Historia, candidato a doctor en Historia, profesor universitario y miembro de número de la Academia Dominicana de la Historia. Tiene por título “Barahona: de bohíos dispersos a cabecera regional 1801-1899”. Expone las circunstancias en que
Toussaint Louverture ordenó la fundación de esa localidad en 1801. Para entonces el conglomerado de Neiba tenía mayor importancia por la concentración de personas. A la ubicación costera de Barahona se sumó la actividad económica con maderas que contribuyeron al auge visto durante los años estudiados por el autor con sus altas y bajas. Transcurridas varias décadas de aquella fecha durante la administración del Estado por parte del Partido Azul se consolidó su desarrollo.
Soraida Vásquez Nova, ensayista de “Sociedades culturales en Santiago y La Vega: 1873-1899”, es educadora con máster en Historia y candidata a doctora en Historia. Hace una aproximación a los propósitos de las sociedades culturales Amantes de la Luz, de la ciudad de Santiago de los Caballeros, y de La Progresista de La Vega. Influenciadas por la ideología de progreso, expresión del positivismo europeo, impulsaron el avance material de sus provincias. En el artículo la autora explica que el medio del que se valieron los directivos de Amantes de la Luz y La Progresista de La Vega fue el impulso a las actividades educativas junto a los valores cívicos.
El siguiente artículo es de Alfredo Rafael Hernández Figueroa, educador, artista de la pintura e investigador del Archivo General de la Nación. Tiene epígrafe de “La Vega: provincia “araña”, devorada por sus hijas”. Destaca lo útil del conocimiento de la Historia de parte de las autoridades y en especial los legisladores. Una manifestación de su afirmación se produjo cuando los mocanos solicitaron separarse de la cabecera provincial y fue creada la provincia Espaillat en 1885. A partir de aquel año otros lugares también solicitaron separarse. El autor describe como un proceso que debía ser resultado del desarrollo natural las autoridades lo transformaron con sus acciones por desconocimiento del pasado en trauma para los veganos.
Sobre la provincia Espaillat es el siguiente ensayo. Con este se cierra el tópico de la historia local que presenta este número de la revista. Su autora, Benita del Rosario Bencosme, es docente y tiene un máster en Historia. Lo denominó “Reseña histórica de la provincia Espaillat y sus municipios”.
En su trabajo con dos partes diferenciadas prioriza la cronología para mostrar aspectos generales del pasado de su comunidad. Resalta desde la creación como provincia de la ciudad cabecera en la segunda mitad del siglo XIX, hasta los hijos de esa tierra que participaron en la guerra patria de abril en 1965 contra la invasión estadounidense al país, entre otros temas. La otra parte la dedica a los municipios que integran a Moca, como también es conocida esta demarcación territorial, visualizando la presencia de sus primitivos habitantes y verdaderos descubridores de la isla que se asentaron en esos predios.
El último de los artículos es de la autoría de Rafael Darío Herrera. Es filosofo, historiador, profesor emérito de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Centro Mao, y miembro correspondiente de la Academia Dominicana de la Historia. Pone la atención en “El primer Gobierno de Juan Isidro Jimenes o la búsqueda fallida del orden deseado”. Analiza la administración gubernamental del rico hacendado liniero que se extendió de noviembre de 1899 a mayo de 1902. Durante los pocos años en su condición de jefe de Estado tuvo escaso desarrollo por la deuda heredada de las administraciones anteriores, la oposición de su vicepresidente Horacio Vásquez con sus correligionarios y los integrantes de su propio partido aglutinados en la facción denominada Bolos Pata Prieta.
Completan el volumen dos reseñas de libros. La primera del economista, profesor, doctor en Historia y miembro de número de la Academia Dominicana de la Historia Raymundo Manuel González de Peña. Comenta El contrabando de esclavos en Santo Domingo y la fuga de esclavos de la colonia francesa a la colonia española de Santo Domingo (2 volúmenes), de la autoría del doctor Amadeo Julián, académico de número de la Academia Dominicana de la Historia.
La segunda, de la autoría de Clarissa Carmona. Ella es comunicadora social, profesora universitaria y candidata a doctora en Historia. Reseña De esclavos y monteros. Los combates de El Memiso y El Pinar, otra mirada a la historia patria de Alexis Read.
Presentación
El autor es abogado que incursiona en Historia. Intenta explicar hechos del pasado de la mano de una visión historiográfica denominada de los subalternos de la que el hindú Renajit Guha (1923-2023) fue su principal exponente. Invito a quienes deseen indagar lo escrito por los diferentes autores comentados en esta presentación a adquirir la revista. En ella, de seguro obtendrán valiosas informaciones sobre la historia de nuestros pueblos.