Otra mirada a la historia patria. Un comentario
El magistrado Alexis Read, conocido
por su dilatada carrera de jurista, incursiona como historiador en su último
libro De esclavos y monteros. Los combates de El Memiso y El Pinar. La
obra, rica en datos, cuenta con una profusa bibliografía que atestigua su labor
de investigador minucioso, preocupado por la información precisa y el análisis
de las fuentes y su discusión.
* Read, Alexis. De
esclavos y monteros. Los combates de El Memiso y El Pinar. Prólogo de
Alberto Despradel Cabral. Fundación García Arévalo, 2023, 638 pp.
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El libro de Read se inscribe en la
corriente historiográfica conocida como “historia desde abajo”, impulsada por
los historiadores ingleses E. P. Thompson, Christopher Hill y Eric Hobsbawm. La
“historia desde abajo” puede ser entendida como un ejercicio de la historia
como compromiso político que pone la atención en los actores omitidos u
olvidados por la historiografía tradicional. Read apuesta por sacar a la luz el
importante papel desempeñado por monteros, campesinos y esclavos en las luchas
por la independencia nacional. Los movimientos armados llevados a cabo por
estos hombres y mujeres simples del pueblo fueron decisivos, tal y como queda
documentado en De esclavos y monteros… para contener el avance de las
tropas haitianas hacia el interior de la isla.
Ijalba Pérez cuestiona la manera en
que tradicionalmente se escribe la historia, ignorando a grandes segmentos de
las poblaciones protagonistas de los hechos que se relatan. “La cuestión […]
sería quiénes escribían estas obras y a quiénes iban dirigidos. Estos tratados
eran creaciones y recreaciones de elites; elaboradas por miembros prominentes
de la sociedad del momento […] Esto determina las características propias del
género: grandes hombres y grandes hazañas, enseñanza y ensalzamiento,
aprendizaje y gloria”.[1] El caso dominicano no escapa a la realidad que plantea este autor,
ya que los principales relatos que narran las luchas por la independencia
dominicana no incluyen a una gran parte de los participantes en estos
encuentros con los ocupantes haitianos tanto en 1844 como en años posteriores.
Hay varios aportes que se destacan
en este volumen, además de su eje central. Este libro contribuye notablemente
al conocimiento de la provincia San José de Ocoa y su gente. Aborda la
participación de esclavizados y monteros ―hombres y mujeres que vivían en
y de la montería, origen del campesino dominicano junto con los esclavos
emancipados, alzados y apalencados― en los combates determinantes en la
lucha de separación de la República de Haití, que tuvieron lugar en los parajes
de Ocoa, El Memiso y El Pinar en abril de 1844. Al mismo tiempo, en el acto de
deshilvanar y volver a atar el relato histórico, las páginas de este libro se
convierten en un estudio genealógico que desentraña los lazos que unen a muchas
familias ocoeñas con estos luchadores por la independencia. Para realizar estas
aportaciones que humanizan el libro, el autor se vale del testimonio oral,
importante herramienta que permite el análisis desde una perspectiva puesta en
lo social, en el sujeto como hacedor de historia. Por otro lado, Alexis Read
hace una gran contribución en relación con la formación de la identidad del
pueblo dominicano. La proclamación de la república en 1844 no significó el fin
de los conflictos armados, ya que el ejército haitiano intentó en repetidas
ocasiones a lo largo de esos años volver a unir la isla en un solo gobierno.
Sin embargo, la semilla de la soberanía había germinado en estos hombres y
mujeres de los manieles y la montería, quienes en todo momento mantuvieron a
raya al invasor.
Este volumen contiene veinte
capítulos, acompañados de índices onomástico y toponímico, que lo enriquecen.
Sus primeros capítulos conforman un tratado sobre el nefasto negocio de la
esclavitud y la trata de esclavos, donde el lector, a través de la narración y
la exhaustiva bibliografía, podrá entender el funcionamiento de la trata
negrera, el universo de la esclavitud, las revueltas, la vida del cimarrón en
los manieles, la alimentación en el siglo XIX, etc. Esto hace posible una
contextualización de la obra que nos va llevando a su Leitmotiv, que
inicia en el capítulo XVI, “Las avenidas de la invasión. Problemas que plantea
el abordaje de las acciones en El Memiso y El Pinar” (pp. 433455). Aquí Read se
plantea las dudas que siempre deben acompañar a cualquier autor serio,
conocedor de las dificultades que entraña el oficio, y escribe: “Muchas de las
referencias que aparecen en los textos y documentos históricos se limitan a
indicar el combate en El Memiso, con algún elemento accesorio”.[2] De ahí que se proponga reunir los elementos históricos necesarios
para sustentar su tesis, la cual, lejos de ver estos combates como marginales,
los sitúa como decisivos para la independencia dominicana. En los capítulos
sucesivos nos vamos acercando a un sujeto que por momentos resulta escurridizo,
pero queda evidenciado gracias a los sólidos argumentos que se van exponiendo a
lo largo de estas páginas. De este modo, logra contarnos una historia que va de
lo general a lo particular. Este proceder hace posible que tantos hombres y
mujeres olvidados por nuestros historiadores tradicionales adquieran el
protagonismo que merecen en sus páginas. Su narrativa demuestra, además, cómo
acontecimientos que parecen aislados son en realidad piezas que forman el gran
puzle que es la historia nacional.
Como bien resaltó Manuel García
Arévalo en el acto de presentación, “Este libro constituye un entrañable
homenaje histórico y patriótico que el autor hace a su patria chica, que no por
ello deja de ser relevante, dado que, de los episodios gloriosos acontecidos en
esas patrias chicas, esparcidas a lo largo y ancho del territorio nacional, se
concretiza la patria grande. Aquellas, como las ramas de un frondoso árbol,
conforman la magna patria, nuestra querida República Dominicana, la cual el
pasado 27 de febrero, apenas dos días atrás, alcanzó el 179 aniversario de
haber proclamado su independencia”.
Aunque el libro en ocasiones se
torna excesivamente descriptivo, lo que puede crear distracciones innecesarias
en el lector, sin embrago, si tenemos un poco de paciencia no resultaremos
decepcionados. El acopio inteligente de los datos y las fuentes
proporcionan un
relato diferente de la historia patria, donde los protagonistas no son siempre
los que nos han contado y en ello justamente radica la novedad de esta obra. Al
mismo tiempo, el autor tiene el acierto de historiar las pequeñas cosas. En el
prólogo, Alberto Despradel señala: “Read actúa en su libro como provocador de
reacciones en sus lectores. A través de sus amplias investigaciones participa en
un proceso de reescritura de nuestra historia”.[3] Asimismo,
apunta que este es un libro “que nos lleva a descorrer el velo de la historia
partiendo del estudio del caso específico de la participación olvidada de su
comunidad, San José de Ocoa, en la gran historia republicana. A partir de la
localidad donde nació, el autor […] logra producir una historia regional y
local”.[4]
Las notas al pie de página se aman o
se odian.[5] El autor, utilizando el recurso de enumerarlas por capítulos, reúne
más de 700 notas. Herramienta paratextual que demuestra, en este caso, la
solvencia de Read para desarrollar sus argumentaciones. Las notas pueden ser un
elemento central para la construcción de su relato, sin embargo, parecen contar
una historia paralela o subversiva, ya que las consultas de las fuentes que se
citan, aunque apoyan al autor, también son una invitación a disentir de sus
planteamientos. Sin duda, las notas en este trabajo desarrollan una función
autorreflexiva, recurso que acerca el autor al lector.
Muchas veces los monólogos internos
de Read, vertidos en las notas, demuestran que este no escapa a las omisiones y
contradicciones propias del discurso histórico, incluso de su propio discurso.
En los apartados finales se recogen
algunos testimonios de primera mano, se documenta el rol comprometido de las
mujeres de la zona en los combates, así como una vindicación de El Memiso y El
Pinar como escenarios que deben ser celebrados a la hora de conmemorar las
acciones que dieron origen a la independencia nacional y la proclamación de la
república.
La lectura de la obra De esclavos
y monteros. Los combates de El Memiso y El Pinar nos invita a reflexionar
sobre otra manera de escribir la historia patria. Una historia más plural, con
un sentido de patria mucho más amplio donde hombres y mujeres sin voz consiguen
ser escuchados. En palabras del autor, al referirse a las acciones en El Memiso
y El Pinar, “En comparación con las jornadas mayores del mes de marzo de 1844
(19 de marzo, Compostela de Azua; 30 de marzo, Santiago), pueden parecer
modestas y hasta modestísimas, pero […] pasmaron los bríos del invasor haitiano
que se vio obligado desde el 13 de abril a permanecer en estado de inactividad
y desmoralización en su cuartel general en Compostela de Azua”.[6]