Cuando Modesto Lorenzo me contactó, visitando mi hogar de la Benito González 152, casa en la cual fuimos vecinos años antes, me entregó de parte de Manolo Lorenzo Carrasco, su hermano, un mensaje de bienvenida a la capital y una invitación al enrolamiento en la actividad que desarrollaba dentro de la organización clandestina denominada Juventud Revolucionaria. Días después me envió los estatutos de la misma y en un instructivo de cómo manejar la propaganda contra la tiranía, técnicas de discreción, así como una especie de declaración de principios, todo mimeografiado. Yo cursaba el segundo trimestre del año 1945.
Derechos de autor 1995 Revista ECOS UASD
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