Lo que hacemos produce estructuras. Lo que pensamos produce mentalidades e ideologías. Lo que decimos produce discursos. Lo que recordamos produce Historia. Dicho así, de esa manera, es casi como afirmar que tanto la construcción de la narrativa histórica como su transmisión son un ejercicio de la memoria, pero no es así porque, estrictamente hablando, el historiador en su oficio hace relativamente poco uso de la memoria. En realidad, el historiador hace más uso de su capacidad de relacionamiento entre hechos, ideas, conceptos y emociones buscando articularlos en un todo narrativo que haga sentido y que describa el pasado de la manera más aproximada posible, teniendo en cuenta siempre que su narración reconstructiva es solo una de las muchas perspectivas posibles que podrían ser utilizadas para explicar la ocurrencia de las cosas.
Carece de bibliografía.
Derechos de autor 2019 Revista ECOS UASD
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